Somos
un cúmulo de distintos personajes: el miedoso, el atrevido, el explorador, el
bromista, espontáneo, analítico, planificador, juguetón, serio, amable, brusco,
impulsivo, indeciso, profesional, amoroso, el gruñón, el presumido, el
solitario, el juez, el complaciente, competitivo, compasivo, holgazán… La
interrelación de todos ellos es lo que nos configura como personas, la
interrelación es lo que aporta el valor añadido al conjunto.
Cada
uno de ellos juega su papel en el momento en el que le corresponde y eso hace
que nos comportemos de diferentes modos según la situación que percibamos.
Nuestros comportamientos dependen de la realidad que creemos vivir. Creamos lo que creemos y esa creación se traduce en un comportamiento que, a su vez, por
interacción con los demás, da lugar a nuevos comportamientos.
¿Sabemos
adaptarnos a las diferentes situaciones o, por el contrario, nos comportamos
siempre igual? ¿Actúas del mismo modo cuando estás con tus amigos que en el
trabajo, con tu familia, con tu pareja?
Te
invito a que identifiques a tus personajes. Etiquétalos y anota cuándo aparecen,
te ayudarán a conocerte mejor. El primer paso, obsérvate a ti mismo en las
diferentes situaciones.
El
desarrollo de nuestras capacidades de comportamiento determina la calidad de
nuestras relaciones así como nuestra evolución. ¿Qué es lo que te molesta del
comportamiento de los demás? ¿Cómo reaccionas tú? Sólo podemos hacer que el
comportamiento que nos irrita en los demás cambie si primero cambiamos nosotros
el nuestro. Requisito imprescindible, ser conscientes. Si lo que haces no
funciona, prueba a hacer algo diferente, deja que otro de tus personajes salga
a la luz.
¿Cuál
de ellos te boicotea más?, ¿cuál es el que te impide evolucionar?, ¿cuál está
luchando por salir a la luz?
Quiero
recordar que nuestros comportamientos están precedidos por emociones y éstas,
como dice mi tocaya Marian Frías (psicóloga, sexóloga y coach), son un
TESORO. Nos están diciendo cosas constantemente, si aprendemos a escucharlas,
lograremos descifrar su código y utilizarlas en nuestra propia evolución.
¿Quién
eres tú? ¿Eres quien te gustaría ser?
Nos
componemos de una infinidad de personajes. Evolucionamos en función del
surgimiento de personajes latentes que nos habitan. Estamos, por tanto, en un
devenir y, todavía y siempre, por descubrir.”- Françoise Kourilsky.
Si quieres que hablemos, pídemelo aquí.
Si quieres que hablemos, pídemelo aquí.