En
ocasiones, muchos de nosotros aprovechamos las vacaciones para sacar adelante aquellos temas pendientes de los que en el día a día no nos podemos ocupar.
Exprimimos
las vacaciones para hacer montones de cosas, nos llenamos de obligaciones y
volvemos a tener la agenda repleta de actividades.
Hoy
quiero reivindicar el papel de las vacaciones para descansar. De vez en cuando
es necesario parar unos días, regalarnos ese tiempo para
recargar las pilas, para ir sobre la marcha.
Y
una vez de vuelta, puede que esta forma de ver las cosas nos ayude a vivir
mejor:
Gestionar
nuestra energía en lugar del tiempo.
Ver
la importancia del propósito como combustible.
Impulsar
rituales que nos ayuden en la gestión de dicha energía y
aprender
a aprovechar las vacaciones para recargar las pilas.
¿Quieres que hablemos? Pídemelo aquí.